Dado el siguiente corte, se procede a reconstruir la historia geológica de la región:
Siguiendo el principio de superposición de estratos (Ley de Steno), en el que se establece que las capas de rocas inferiores deben ser de una antigüedad mayor a las superiores, se evidencia que el material conformado por esquistos inicia la historia de esta región. De esta manera, nos remontamos a una cuenca sedimentaria ancestral, millones de años atrás en el tiempo geológico, en ella, por aumento de la presión y/o temperatura, se produjo un metamorfismo de grado medio sobre el material existente en aquel momento (protolito) generando los esquistos observados en el corte. En estratos infrayacentes a los esquistos debía existir una importante cámara magmática concentrando grandes cantidades de material fundido incandescente, almacenado a altas presiones y temperaturas. La variación de alguno de estos factores físicos pudo haber iniciado la intrusión masiva del material ígneo, generando un destacado batolito granodiorítico, conformado por granodioritas, unas rocas ígneas plutónicas. Así, como consecuencia del material intrusivo de alta temperatura, se produce un metamorfismo de contacto, originando consigo una aureola metamórfica conformada por corneanas que rodean el mencionado batolito. El conjunto descrito queda expuesto en superficie a la acción de los agentes geológicos externos, los cuales van erosionando los materiales con el paso del tiempo, generando un relieve superficial bastante plano.
Seguidamente, se comienza a depositar nuevo material (segunda serie de deposición) que terminará por originar las areniscas observadas, destacar que el contacto de éstas con respecto a la serie infrayacente de origen ígneo/metamórfico (b) se considera una inconformidad estratigráfica. Además, se inicia una transgresión marina, dicho evento queda evidenciado con la formación de las calizas con Nummulites. Este registro fósil de foraminíferos bentónicos proporciona una idea sobre el medio en el que se consolidó el estrato que los contiene, un entorno oceánico, y permite datar de manera relativa este hecho en el Paleógeno. Finalmente, se forman lutitas por el transporte, deposición y compactación de materiales detríticos de limo y arcilla. Tras este suceso se inicia un episodio de alta actividad tectónica, coincidiendo con el desarrollo de la orogenia alpina. Se aprecian ligeras deformaciones plásticas en los estratos que producen suaves plegamientos (se puede apreciar claramente en el estrado de calizas con Nummulites). Resulta destacable un moderado basculamiento de los materiales hacia la cara sur. En una segunda fase tectónica acaecen una serie de esfuerzos distensivos que tienen como consecuencia la formación de una sucesión de tres fallas normales.
Posteriormente, se inicia una regresión marina que termina con el afloramiento del conjunto descrito hasta el momento. En medio continental, los agentes geológicos consiguen una marcada erosión. Más tarde, se consolida un nuevo estrato conformado por conglomerados. El contacto (a) que se establece entre los conglomerados y la serie inferior se trata de una discordancia angular con paleo-relieve. Finalmente, llegamos a la configuración actual del corte geológico, donde los agentes geológicos continúan ejerciendo su acción erosiva y modeladora del paisaje. Se aprecia un desgaste mayor por la cara sur, posiblemente debida a una mayor influencia de la escorrentía, generando una tendencia a relieve en cuesta en dicha zona.